La finca que se encuentra en la esquina de Moneders con avinguda d'Esplugues tiene un muro de piedra.
Quien lo construyó tenía buen gusto. Eligió rocas calcáreas de singular belleza, variadas, cuarteadas, veteadas...
Nadie se detiene a mirarlas. Para descubrir los torturados paisajes minerales que ofrecen es preciso acercarse un poco.
El encuadre y un poco de tratamiento digital ayudan a destacar las zonas más interesantes.
La manchas rojas de esta última son de óxido de hierro procedente de un clavo que dejé fuera del cuadro.
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