No son más que hongos parásitos sobre hojas secas de hiedra en una valla de la esquina de Abadesa Olzet con Cavallers. Pero, bien miradas, son bellas, ¿verdad?
Esta cayó al suelo instantes después de fotografiarla. Las otras le seguirían poco después.
Oro y cobre, al atardecer, cuando la luz se difumina y la brisa se calma.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada