Pongamos algunos ejemplos:
1. La ventaja número uno es la ligereza. La suelo llevar en la mano cuando corro. Así puedo hacer fotos de las carreras en las que participo. No son tan buenas como las que hacen los profesionales. Pero las mías están hechas desde la primera fila, desde dentro.
Media Maratón de Ripoll, 21-11-2010. Samir Ait, a 3:17 el kilómetro.
2. En segundo lugar, estabilidad. Algunos programas, como Camera Plus Pro, permiten hacer fotos bastante nítidas sin trípode y en condiciones desfavorables de iluminación. Detectan las vibraciones mediante los acelerómetros que el iPhone lleva incorporados y aprovechan los momentos de relativa inmovilidad para obtener la imagen. Por supuesto, no utilizo esta característica en fotos deportivas, porque pasa un tiempo indeterminado entre la pulsación del botón de disparo y la captura, pero me ha resultado útil en fotos nocturnas y en macrofotografía:
Mecanismo Incabloc de un reloj de pulsera.
Obtenida a pulso con flexo y un objetivo Rokkor de 55mm superpuesto.
Oruga. Obtenida a pulso con fluorescente y un ocular WF de microscopio superpuesto.
Iglesia de Belén. Barcelona. 14-10-2010.
3. Y en tercer lugar, facilidad de manejo. Con sólo tocar en la pantalla la zona de interés se ajustan enfoque y exposición.
¡Ah! Y un detalle muy importante, la geo-localización. Las fotos incluyen información EXIF sobre el lugar y orientación de la cámara al obtenerlas (latitud, longitud y azimut).
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